“Ya llevo “x” meses/años opositando…”
En la oposición pasarás diferentes fases…se podría decir que habrá subidas y bajadas…será como una montaña rusa. Y aquí lo importante a tener en cuenta es que en alguna ocasión (o varias) pensarás en dejarlo. Como a mí me pasó, te plantearás si esto merece la pena, si sirves para esto, si tomaste la decisión correcta, si lo conseguirás…y tarde o temprano vendrá una gran caída, golpe de realidad u hostia del opositor…aunque esto merecerá entrada completa…
Empecemos desde el principio, aquí quiero confesarte que existen dos tipos de opositor: el que nace con estrella o flor en el culo y el estrellado (a la larga el factor suerte influirá…pero también influirá la confianza que se tenga en uno mismo).
Aquel primero es el que descodifica el proceso de una oposición de tal forma que lo ve claro y lo gestiona en su cabeza de una forma sencilla, sin más miramientos, no ve pérdida ninguna (no al menos a corto plazo) y se centra en la ganancia del opositar y el beneficio que obtendrá con el resultado…tiene un grado de madurez increíble (en cuanto a lo profesional o académico me refiero), utiliza el calendario como un petardo en el culo para motivarse y decir “un día más, es un día menos de estudio”…y debo decirte que dentro de este grupo, y por supuesto, también habrá dos divisiones: los listos, máquinas, auténticas ratas de biblioteca, cracks en definitiva, gente avispada o con muy buena memoria, y como no…los enchufados, porque no olvides que vivimos en España (en este gran país de lameculos y de apariencias) y sí, lo siento querido/a mío/a, sigue habiendo enchufe, me da igual que sean Estatales como Autonómicas, hay plazas dadas y compites por el resto de cupo libre…a no ser que seas amigo/a de…
Así que por suerte o por desgracia, estos entran dentro de tu competencia, van a lo mismo que tú y quieren obtener el mismo empleo que tú, y no hay sitio para todos.
No voy a entrar a debatir que al menos los ratas de biblioteca se lo curren…porque me parece algo obvio, pero si algo comparten ambos es que no van a tener a nivel emocional el desgaste que sufrirás tú…
Y ahora hablemos de los estrellados, de la parte de la balanza que pesa más, donde seguramente y si estás leyendo esto…te incluyas, al igual que una servidora. Aquí voy a meter a las personas también muy inteligentes, que descodifican el proceso pero en este caso no de forma tan sencilla y que ven el riesgo, ven el sacrificio, ven la posible hostia y por todos los medios quieren evitarla, básicamente intentan comprender o consiguen entender el proceso y quieren gestionarlo a toda costa para que sea lo más beneficioso, y aprobar.
Si eres un opositor novato, seguramente no veas todo esto a corto plazo, y por ello presta atención…si por el contrario tienes ya experiencia en meses, años, convocatorias u otras oposiciones, sabrás de lo que te hablo. Y en este caso, la oposición se resumirá en un bucle de: caerse, levantarse, caerse, levantarse, caerse, levantarse… hacerse fuerte y seguir.
Al igual que tienes que ducharte todos los días, la motivación es algo que debes renovar todos los días. Y cada mañana que te levantes debes preguntarte ¿es esto lo que quiero? ¿De verdad voy a hacer todo este sacrificio?…y si hay fuerza dentro de ti que diga SÍ, repítete esta frase; “estás opositando, debes estudiar, no hay vuelta atrás, NO HAY VUELTA ATRÁS, tú decides si quieres alargar esta agonía o quitártela de encima lo más pronto posible, hasta que no te aprendas el temario, no lo vas a sacar, así que tu objetivo diario debe ser aprender la materia, encariñarse con los temas, abraza el proceso, día a día, y aquellos días/semanas de mierda se incluyen. Porque todo esto hará que acabes aprobando…y si no, no estás yendo a ningún lado, sé franco contigo, no te autoengañes, como hice yo.
Si se te acabasen las fuerzas, si tomas una decisión, es también de ser muy inteligente tomar la mejor decisión para uno mismo, todos somos distintos, y no mires atrás, mira en lo que te has convertido, porque para crecer hay que equivocarse y tener malos momentos, nadie aprende cuando es feliz.
